El 8 de mayo conmemoramos el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y celebramos la acción humanitaria en el plano local e internacional. Es un día en el que honramos el legado de Henry Dunant, voluntario que fundó el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja hace más de 160 años. Por encima de todo, es un día en el que rendimos homenaje a los millones de voluntarios y al personal que trabajan junto a las personas que necesitan protección, asistencia, servicios de salud, ayuda social y solidaridad.
En medio de conflictos armados y otras situaciones de violencia, desastres, crisis climáticas, epidemias, inseguridad alimentaria y desplazamientos masivos, en algunas de las situaciones más vulnerables del mundo, nuestro compromiso de ayudar a los demás sigue siendo firme. En estos tiempos difíciles, los emblemas de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que llevamos son poderosos símbolos que prometen protección a las personas que la necesitan. Su reconocimiento universal es imprescindible para ayudar a proteger a los voluntarios y el personal de todo el mundo en su labor de salvar vidas. Mantener la neutralidad e imparcialidad de la acción humanitaria es primordial y permite a nuestros equipos acceder a las comunidades en crisis más aisladas y amenazadas.
A pesar de la gran cantidad de retos que compiten por nuestra atención y nuestros recursos, estamos comprometidos a seguir poniendo de relieve las crisis olvidadas en todas partes del mundo. En una epoca de polarización y deshumanización que afectan a diversos grupos, entre ellos migrantes, comunidades vecinas e incluso los trabajadores de primeros auxilios, nuestro Movimiento busca fortalecer el principio básico de humanidad, especialmente en los lugares donde es más esencial para mantener viva la humanidad.