El derrame de petróleo en la refinería La Pampilla viene contaminando más de tres millones de metros cuadrados de playa y mar, ocasionando una cuantiosa pérdida de especies marinas y ecosistemas, que en algunos casos sería irreversible; según especialistas, se recuperarán en unos 10 años aproximadamente.
La pesca artesanal es la más afectada, ya que varias especies marinas en este espacio contaminado se han perdido. Esta situación prende las alarmas para todos los ciudadanos habituados a consumir especies marinas.
Ante ello, el biólogo de la Universidad César Vallejo, Dr. Paolo Amaya Alvarado, menciona algunas recomendaciones que deben tomar en cuenta los consumidores para no ser sorprendidos con recursos hidrobiológicos contaminados o en mal estado:
- Revisar muy bien las branquias de los peces: Estas deben ser rojas o rosadas, según la especie y sin mucosidad.
- Con respecto a la piel: Un pescado en mal estado tiene la piel blanda y las escamas se desprenden con facilidad.
- Un pescado contaminado emite un olor fétido.
- Los ojos: En malas condiciones tienen los ojos hundidos, la córnea lechosa (similar a la catarata) y la pupila gris.
Las especies de peces afectadas en esta zona fueron: pejerrey, lenguado, lisa, lorna, cangrejos como el carretero, muy-muy y algas marinas de consumo humano.
“El Gobierno y sobre todo la empresa responsable de la contaminación marina, debe otorgar apoyo especializado a los pescadores artesanales afectados por el derrame de petróleo, para que opten por una pesca de altura. Ante ello, otorgarles las herramientas y técnicas necesarias, además de un soporte psicosocial”, resaltó el Dr. Paolo Amaya Alvarado.
La pesca de alta altura en esta zona, implica realizar dicha actividad 10 km adentro desde la línea de costa, y con una profundidad de 30 metros a más. En esta, los pescadores artesanales pueden pescar especies como: Perico, y algunos cartilaginosos como el tollo.
El también docente de la UCV indicó que, las autoridades deben de tomar cartas en este asunto de forma inmediata, para evitar que la contaminación avance y determinar el impacto del mismo. “El Gobierno central y los locales deben realizar un análisis organoléptico y muestreo biológico a través de un laboratorio especializado”, finalizó.